Reclusos cristianos que están en una prisión en California están estudiando para convertirse en evangelistas y plantadores de iglesias, una vez que estos sean puestos en libertad.
Alrededor de unos 900 presos en 18 cárceles están participando en el programa de tres años y medio. El curso se ofrece a nivel de seminario y clases diseñadas para capacitar a presos para que luego ellos sirvan en las comunidades pobres.
Las prisiones en Michigan, Florida y Colorado también han comenzado a impartir estas clases a los presos que ahora se han convertido al cristianismo.