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El pasado día 14 de diciembre Estados Unidos y el mundo entero quedó impactado por la trágica muerte de 27 personas -20 de ellas niños-, en la localidad de Newton (Connecticut), a manos del asesino Adam Lanza, de 20 años, el cual decidió quitarse la vida al escuchar las sirenas de la policía.
Se trata de la segunda gran tragedia que vive Estados Unidos.
En 1999, en la escuela de secundaria de Columbine, en Colorado, sufrió los asesinatos de 12 estudiantes y un profesor a manos de dos compañeros antes de suicidarse. La que se considera la peor masacre de todas sucedió en el año 2007 en la universidad politécnica de Virginia, en la que un universitario asesinó a 32 personas antes de quitarse también la vida en el campus.
Además, este mismo año se produjo la masacre de Texas, llevada a cabo por James Holmes, un joven de 24 años acusado de asesinar a 12 personas y de herir a otras 58, durante el estreno del film Batman, The Dark Knight Risses, al abrir fuego dentro de la sala de cine el pasado 20 de julio.
Estos sucesos abrieron hace años el debate sobre el uso y venta de las armas en EE.UU. Un debate, que viene incrementándose con el tiempo y que, ahora, después de lo sucedido en Newton vuelve a recorrer todos los periódicos del mundo.
Líderes expresan sus condolencias
Muchos líderes religiosos han hablado de lo que pasó. La mayoría de las iglesias de la región están haciendo vigilias de oración. El término #prayforNewtown [Ora por Newtown] se convirtió rápidamente en una de las frases más usadas en Twitter.
El Ministerio de Billy Graham, envió a su “equipo de respuesta rápida” para proporcionar apoyo emocional y espiritual a las personas de la región. Diez capellanes entrenados en el manejo de crisis se trasladaron a la región de Connecticut.
Al New, uno de los coordinadores del equipo, dijo: “La comunidad está en shock. Estamos aquí para tratar de ofrecer algo de consuelo”, señalando que los miembros de su equipo tienen experiencia en este tipo de tragedia.