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PARÍS - El zoológico de Besançon, en el este de Francia, busca residencia para los últimos monos babuinos que alberga desde hace cuatro décadas, después de que los primates hayan decidido recrearse arrancando piedras de la muralla que les confina, catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

"Es un problema de estética, pero no de solidez de la fortaleza. La podrán tirar los cañones, pero no los monos", explicó hoy a Efe Gérard Galliot, conservador del museo de esa ciudadela erigida en 1707 por Sébastien Le Prestre de Vauban, arquitecto e ingeniero militar de Luis XIV al que el monarca encargó construir un bastión desde el que proteger el este del país.



Sus modales iban de mal en peor

La decisión de sacar a los babuinos de Guinea o papiones de Besançon, una ciudad de unos 115 mil habitantes situada a unos 90 kilómetros al este de Dijon, se tomó el año pasado, al ver que sus modales empeoraban.

"Son pequeños, por lo que no pueden mover grandes piedras, solo chinitas", pero su actitud supone un problema para el principal centro turístico de la región de Franche-Comté, que en 2008 pasó a formar parte del Patrimonio de la Humanidad de la lista que elabora la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Los primates, que no pasan de los 75 centímetros de altura y se caracterizan por su cabeza afilada, frondoso pelaje y posaderas rosadas, son de naturaleza agresiva y han causado problemas en otros parques zoológicos del mundo

Cuando los últimos simios abandonen la fortaleza, el museo espera poder reutilizar ese espacio para conservar animales de alguna especie en peligro de extinción cuyos individuos sean más respetuosos con su entorno.