Cientos de cristianos salen de Egipto cada día, debido a presiones para abandonar la nación. Mientras la Hermandad Musulmana gana poder, muchos escogen escapar y otros miran hacia la Iglesia global para pedir ayuda.
El nuevo presidente egipcio Mohammed Morsi, un ex miembro de la Hermandad Musulmana, ha prometido proteger a la minoría cristiana. Pero muchos siguen temerosos. Mientas tanto, en Washington, activistas de la libertad religiosa presionan al presidente Morsi para que apruebe una legislación que garantice los derechos de los cristianos egipcios.
Inmediatamente, antes y después de su toma de posesión, Mohammed Morsi dió pasos para borrar los temores de los cristianos del país. Él los llamó: “nuestros hermanos cristianos, socios nacionales, con derechos completos como los musulmanes”.
Tras reunirse con el nuevo presidente egipcio, un obispo copto dijo que Morsi había “suavizado sus mentes”.
Al mismo tiempo, en Washington, un grupo de activistas por la libertad religiosa se reunió en una conferencia para expresar su preocupación por el éxodo masivo de cristianos de Egipto.
